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Nuestros estilos de apego marcan profundamente la manera en que nos relacionamos con los demás, especialmente en lo relacionado con los vínculos emocionales y afectivos. En este artículo, vamos a centrarnos en el apego evitativo.

¿Sientes que te cuesta abrirte a los demás o que mantener relaciones cercanas te resulta incómodo? Entonces este contenido te interesa. Veamos las características, causas y ejemplos para que puedas identificar este estilo de apego y gestionarlo de la mejor manera posible.

¿Qué es el apego evitativo?

El apego evitativo es un estilo de apego inseguro que suele originarse en la infancia y que, en la vida adulta, se traduce en dificultades para establecer vínculos emocionales profundos.

Las personas con este tipo de apego tienden a parecer autosuficientes, a evitar la cercanía emocional y a sentirse incómodas al expresar sus sentimientos.

¿Por qué se desarrolla el apego evitativo?

El apego evitativo no surge de la nada, sino que suele estar ligado a experiencias vividas durante la infancia.

Puede ocurrir cuando un niño percibe que sus emociones no son validadas, cuando recibe poco consuelo en momentos de angustia o cuando se le anima a ser independiente de manera prematura.

Algunas personas han crecido en entornos donde las demostraciones de afecto eran escasas o incluso vistas como una señal de debilidad. Esto puede llevarlas a interiorizar la idea de que expresar sentimientos no es seguro o que confiar en los demás no es una opción.

Quienes vivieron rechazo o invalidación emocional frecuentemente en la infancia pueden evitar la vulnerabilidad como una forma de defenderse del dolor.

¿Cómo se manifiesta el apego evitativo en la vida diaria?

El apego evitativo se puede notar de muchas formas en la vida adulta, especialmente en las relaciones con los demás.

Es común que a estas personas les cueste expresar sus emociones y que prefieran evitar conversaciones profundas sobre lo que sienten. En las relaciones de pareja, pueden sentirse incómodas ante la intimidad emocional y buscar maneras de mantener cierta distancia.

También es frecuente que eviten el compromiso o huyan cuando una conexión se vuelve demasiado intensa. A veces, pueden sentirse sofocadas si la otra persona intenta acercarse demasiado, lo que las lleva a levantar barreras o alejarse.

Otro aspecto habitual es la tendencia a evitar los conflictos. En lugar de hablar sobre lo que les molesta o preocupa, pueden optar por ignorarlo y esperar a que pase por sí solo. Esto, a la larga, puede dificultar la construcción de relaciones sanas y duraderas.

Por otro lado, muchas personas con apego evitativo desarrollan una fuerte autosuficiencia. Se acostumbran a resolver todo por sí mismas y les cuesta aceptar ayuda, incluso cuando la necesitan.

¿Se puede cambiar un apego evitativo?

Si te has sentido identificado con estas dinámicas, es importante saber que el apego evitativo no es una sentencia. Reconocerlo es el primer paso para cambiar y empezar a construir relaciones más seguras y satisfactorias.

La terapia psicológica puede ser de gran ayuda para entender de dónde vienen tus respuestas emocionales y desarrollar herramientas que te permitan abrirte a los demás sin sentir que estás en peligro.

Si el apego está afectando tus relaciones y quieres conectar con los demás de una manera más auténtica y saludable, contáctanos. En Cárabo te acompañamos en este camino. 

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