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Un ataque de ansiedad puede ser una experiencia intensa y aterradora, tanto para quien lo sufre como para quienes están a su alrededor. ¿Te has preguntado alguna vez qué debes hacer cuando alguien tiene un ataque de ansiedad? 

Cuando la persona que tienes a tu lado siente que pierde el control y que su cuerpo se desborda de sensaciones que no comprende, tú puedes ayudarle. Tu manera de responder puede hacer una gran diferencia, así que toma nota sobre cómo actuar en estos casos.

Cómo reconocer un ataque de ansiedad

Antes de ayudar, necesitas identificar qué está pasando. Cuando alguien sufre un ataque de ansiedad, su cuerpo reacciona como si estuviera en peligro, aunque la amenaza no sea real.

  • La respiración se acelera.
  • El corazón late con fuerza.
  • Puede sentir mareo, debilidad o sensación de irrealidad.

La angustia que se siente durante un ataque de ansiedad es tan intensa que puede ser aterrador vivirlo.

Si estás presente cuando ocurre, recuerda que la persona necesita saber que no está sola y que lo que está ocurriendo pasará en unos minutos. Mantener la calma y actuar con empatía puede ayudar mucho.

Cómo acompañar a alguien en un ataque de ansiedad

Cuando alguien atraviesa un ataque de ansiedad, su mente se inunda de miedo y desesperación. No es el momento de decirle que no tiene motivos racionales para sentirse así. Es mucho más útil ofrecer una presencia tranquila y comprensiva. Veamos cómo puedes hacerlo.

Con tu tono de voz y las palabras

Habla con un tono de voz sereno, utilizando palabras sencillas que transmitan seguridad. Algo tan simple como “Estoy aquí contigo, esto pasará” puede ayudar a que la persona se sienta acompañada y menos atrapada en su angustia.

Evita frases como “cálmate”, “no es para tanto”, “no dramatices” y otras por el estilo. Esto solo hará que la persona se sienta incomprendida y se angustie más.

Mediante la respiración

También puede ser útil acompañarle en la respiración. Sugiere que inhale lentamente por la nariz, sostenga el aire un momento y luego exhale con suavidad por la boca. Pero no le obligues, simplemente muéstrale con calma que hay maneras de recuperar el control de su cuerpo.

Anclando al presente

Otra forma de ayudar es invitarle a conectar con el presente, notando lo que tiene a su alrededor. Si es oportuno, ayúdale a concentrarse en lo que ve, lo que siente en sus manos y en los sonidos que le rodean. Ese anclaje con la realidad puede ayudar a disminuir la sensación de que todo se salió de control.

Respetando sus necesidades

Ten en cuenta que cada persona vive la ansiedad de una manera diferente. Algunas prefieren estar solas unos minutos, mientras que otras necesitan sentirse acompañadas. Pregunta suavemente qué le haría sentir mejor y respeta su necesidad de espacio o cercanía.

Qué hacer después de un ataque de ansiedad

Cuando la crisis ha pasado, el cuerpo sigue necesitando recuperar la calma.

Ese es un buen momento para ofrecer agua, salir a dar un paseo o estar en un espacio tranquilo. 

Gestos tan simples como preguntarle cómo se siente o recordarle que no está sola pueden hacer una gran diferencia. Recuerda que acompañar no significa solucionar, sino estar ahí con empatía y sin juzgar.

Si alguien cerca de ti tiene ataques de ansiedad con frecuencia, es momento de buscar un apoyo adicional en profesionales de la psicología. La terapia proporciona herramientas muy efectivas para gestionar la ansiedad.

Acompañar con comprensión y paciencia hará que la persona se sienta más segura y menos sola. ¿Necesitas más orientación y apoyo sobre qué hacer cuando otros o tú tienen un ataque de ansiedad? Contacta con nuestro equipo de psicólogos. En Cárabo estamos aquí para ayudarte.